viernes, 20 de marzo de 2015

VENDEDORES AMBULANTES EN LA PLAZA DE LOS LIBERTADORES





Los vendedores de productos o servicios que se denominan ´´ambulantes``, por ir de un lugar a otro, pero aquí parecen semi permanentes. En este parque ellos son poseedores de un sitio otorgado por la alcaldía de la ciudad.

Los vendedores expertos en bricolaje, han adaptado desde coches de bebe hasta carretas en madera con llantas de motocicleta.  Con timones o manubrios metálicos o de pvc. Algunos cargan un paisaje sonoro representado en pitos, cornetas, grabaciones musicales y con megáfonos anuncian su producto, sus voces se tornan en  dejes y rimas cantadas.

Actualmente  se da una polémica entre los vendedores ´´ambulantes``, unos tienen permiso de la alcaldía para usufructuar el espacio público, y por el cual deben pagar. La otra posición es la de los vendedores que no consiguen pagar por ese derecho y son sacados constantemente de los lugares ocupados por las entidades oficiales y la fuerza pública. ¿Entonces no es un delito la invasión del espacio público si se está pagando por ocuparlo?
Como sujetos pertenecientes a un estado social de derecho tenemos entendido que: el espacio público es un patrimonio común y estamos en la obligación de cuidarlo y de respetarlo.




Ahora jugaremos a vender el maíz dorado con el cual la gente alimenta a las palomas.


Niños en el parque de los Libertadores vendiendo maíz para las palomas. Algunos  venden el paquete en cuatrocientos y quinientos pesos.




Los arboles continúan agotados por el tiempo y el cemento, pero siguen abrazando bajo sus sombras a los agitados vendedores.


Vista general del parque de los libertadores. Los vendedores están alineados todos tienen sombrillas de color azul o de colores que los resguardan del brillante sol.  





Dejaste de ser el hogar de paso de las aves viajeras. Ahora reposan en ti, las inertes guacamayas coloridas de las artesanías del Guainía.

Guacamayas en balso pintado, artesanía del Guainía. Algunas personas traen artesanías de otras regiones  que ofrecen en el centro  de la ciudad a foráneos y lugareños.






Con las pompas de agua y jabón se va un fragmento de mi ilusión.

La vistosidad de los diferentes colores de los frascos plásticos, así como las pompas de jabón que viajan con el viento atraen a los niños que transitan  por el lugar.






Todo llega y todo pasa, pero aún me asombra la vida que veo y siento en mi cotidianidad.

La sonrisa de esta vendedora de jugo de naranja muestra la alegría  en su trabajo. Tiene un radio con música que la acompaña en sus jornadas laborales.






Los dorados mangos son mi dulce fortuna del día.

Los mangos maduros y verdes, provocativos por sus colores, los podemos acompañar con pimienta, sal y limón.






La copa de nieve bañada con el almíbar de los frutos rojos es la magia del sabor que mitiga la sed del caminante.


Un raspado con extracto de fruta natural, ideal para calmar la sed y bajar la temperatura de estas tardes veraneras.







Vasta una mirada para reconocernos y verme en los espejos de tus ojos.

Vendedor de dulces, cigarrillos, galletas, chicles y tinto.  Muchos descansan un momento de las agitaciones de las vueltas de centro.



 



Sobre las palmas el cielo, sobre mi caballo yo, y sobre yo mi sombrero.

Una foto de recuerdo para los niños, montados en un pequeño caballo y con sombrero, a lo llanero.





Bajo las sombrillas de colores podemos encontrar vendedores de galguerías y bebidas refrescantes para acompañar.



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